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Se introdujo Iván (en el castillo) hasta el establo y vio un caballo
maravilloso con la crin de oro reluciente y escuchó las voces de hombres
charlando en la sala contigua y empezó a pensar en una manera con la cual
sacar al caballo del castillo en silencio. Después, vio la rienda colgada en la
pared y se apresuró hacia ella sin pensar (sin intención) en ponérsela al
caballo en la cabeza. De inmediato, se escuchó en alto el alboroto de los
hombres (mozos de cuadra) y rodearon a Iván enfadados y le dijeron:
“ Recibirás tu castigo. No te salvará nadie del castigo del emperador
Quzmán!”
Después, lo condujeron temblando (de miedo) al emperador el cual estaba
de pie mirándolo (al joven) enfadado.
Traducción: Ricardo Durán
Traducción: Ricardo Durán
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